jueves, 25 de julio de 2013

 ISLA LEJANA

Tiempo unido a tu hueso de sol, agua,
la palabra se arroja como un número
en la pizarra del crepúsculo
y estrella es lo que nombra su caida de ala.

Un punto sobre el bosque de mi rio
y suena el ritmo de la barca
y llega el mediodia con sus garras de fiebre
y la sirueta azul de la muchacha,
su desnudo cercano,
mi salvaje desnudo de navaja,
mi pupila se mano sobre el aire
que acaricia su cuerpo.
                                  

 Llega una brisa de jazmin,
sube desde las uñas de los pies,
canta con un ritmo encendido
que moja su espalda.                  

Se mueve como el roce de una mano                     
tocando suavemente las curvas del amor,
con tu sombra de barca,                    
con tu musica rosa de molino lejano,
con tu bárbaro sol que quemaba la carne.                     


Yo tendido en tu piel vegetal                      
midiendo el cuerpo azúl de la muchacha,
conociendo en su facil movimiento                     
el delirio del nombre que cubría la tela,

Estrella se llamaba?
y el bañador subía y el bañador bajaba,
y descubrí blancuras donde el sol no tocaba.                     


 Las dulces íngles blancas, los blancos pechos
como copos de nieve, como campanas de agua,
como copos de nieve sin caer.                               

Isla donde dormia mis huesos,
al sol bestial de Agosto, isla perdida
en la siesta agotada de delirios
tocando tantas paginas
de libros de muchachos.

Isla donde golpee con mis aullidos,
troncos donde llamé por si escuchaba el rio
donde tantos murieron,
¿ la luz estaba ahogada?,

Yo no sé si era Estrella el nombre que yo tenía,
 yo miraba sus muslos bajo el agua.

                     

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