Dolor
severo
Materia
o carne límite, umbral, paso postrero,
y
un cubil de cristales rotos en cada esquina,
rueda
sobre las frentes un cielo de quinina,
el
ácido pellejo que anuncia el pudridero.
El
último Dios libra su guerra en el infierno verdadero,
extraños
que dan vueltas con turbia disciplina,
la
alusión a la fiebre con más fiebre termina,
porque
en lo impropio se funde en el nuevo fuero.
¿Qué
hacer con cuanto escribo? Es todo mi ego,
servida
la ecuación: mayo, dolor, morfina,
naves
de sombra horadan la luz de la mina,
donde
el rigor se instala bullente en el hormiguero.
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