Miserable ruina
En el alma se envalentona el rumor de la ruina,
un hedor amenaza en sombras con sabor a acero,
dudas entre la mentira y lo verdadero
ante la velocidad con que la desgracia se avecina.
Todavía enojada mi memoria imagina
como hubiera sido sin estos cuervos de vertedero,
pactos, tratados, venta del pueblo como pordiosero…
endeudando nuestra sangre para el regocijo de una elite porcina.
Las heridas que ya ni dios nos quita,
la mierda que arrastramos ya sin remedio,
todo lo que nos dieron y quitaron,
los años transcurridos tan deprisa,
el pan que compartimos, las caricias…
la ceniza que queda, los despojos,
el tiempo del dolor, los agujeros,
el gato que maullaba en el tejado,
el pasado ladrando como un perro…
No hay comentarios:
Publicar un comentario