NI VIEJO NI ADOLESCENTE
La
vida siempre es adolescente,
nosotros,
sin embargo, envejecemos
y
aunque el amor nunca sera decadente,
buscamos
con ansiedad lo que perdemos.
Lo
único que, por tanto, puede hacerse
es
querer y tender la mano,
dar
de beber con gozo, del llanto olvidarse,
indomable
ser, sueño de verano.
Cuando
te vas lloran las colinas
porque
no encuentran un color para el olvido,
que
plateada tristeza tan libertina
cuando
solo queda un corazón partido.
¿Donde
está el vencedor?
Ni
viejo, ni adolescente, ni hombre,
tan
solo una jubilosa melodía,
un
rostro que no se olvida, sin nombre,
una
vida que se olvida día a día.
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