miércoles, 9 de marzo de 2016

MENSAJERO
Un grito que parte en dos un beso,
esa tiniebla que devora la tarde,
querer ser yo, sin ser mi dueño,
cómplice del requiebro de un poseso.

Relación furtiva, esclavo frio y equivocado,
amor de ida y vuelta, de mano en mano,
soy mi enemigo intimo, no me escucho,
mientras ella indiferente dormita a mi lado.

Pero la tengo bien dentro del corazón,
tan dentro que todo lo demás sobra,
y aunque hoy la vida no es mi compañera
me embarco en tus venas como un polizón.

Dejaré de pensar en mi mientras me muero,
alcanzo a ver la yerba crecida,
mientras solloza tu rostro con el alma vencida
yo me encomiendo a tan ilustre mensajero.

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