COMO
UN LIBERTINO
Y
no, no queremos darnos cuenta
de
que el ángel esta impasible,
de
que cuenta mis fracasos,
de
que no se amolda a las costumbres.
Vive
en soledad oteando el horizonte,
vigila
las puertas de su reino,
desde
su escondite de polizonte
roba
corazones como un libertino.
Pero
no es un querubín de acero,
suplica
a su musculo latente y lesivo
sacar
de raíz al hechizo, al lucero
para
buscar el milagro de estar vivo.
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