jueves, 20 de diciembre de 2018


DULCE AMAPOLA



Se me amarga la tristeza

cuando el alba despierta en soledad,

cuando se cierran tus ojos

y se abren solo para llorar.



Se me amarga la sonrisa

 si la esperanza no sé si viene o se va

o los miedos piden peaje

 a este corazón que no cesa de temblar.



Antes de quemar las palabras

y enturbiar la sangre de la herida,

decirte que me cautivas como la dulce amapola,

que porque vives, vivo.



Si en algún momento el olvido permanece

y las flores yacen perpetuas,

que nuestro  amor merodea en la llaga…

dejemos que esta amargura fenezca apresurada.

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