DULCE AMAPOLA
Se me amarga la tristeza
cuando el alba despierta en soledad,
cuando se cierran tus ojos
y se abren solo para llorar.
Se me amarga la sonrisa
si la esperanza no sé si viene o se va
o los miedos piden peaje
a este corazón que no cesa de temblar.
Antes de quemar las palabras
y enturbiar la sangre de la herida,
decirte que me cautivas como la dulce
amapola,
que porque vives, vivo.
Si en algún momento el olvido permanece
y las flores yacen perpetuas,
que nuestro amor merodea en la llaga…
dejemos que esta amargura fenezca
apresurada.
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