Esta sombra no la sujeta el viento,
nuestras miradas ya no parpadean,
besos fríos que insufribles no aletean,
roces con sabor a estasis, lúgubre tormento.
Noches oscuras con ausencia de sudor,
sabanas impregnadas de un fuerte olor a naftalina,
manchas que cuentan historias de soledad,
esa almohada gritando entre lagrimas sin pudor.
No se si toca levantarnos o decirnos adiós,
quizás sea posible comprar esperanza
y unas buenas dosis de ilusión
o simplemente alejarse tu de mi o yo de vos.
Mientras decidimos quien da el primer tropezón
para evitar lo que pensamos con la mirada
dejemos que los primeros sueños, sueñen
y nos curen esta prepotencia del corazon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario