El temblor teme al miedo con semblante
inocente,
horada
donde el rigor se sumerge como un vil repelente,
es
la secuencia que vibra en mi apagada vida,
porque
la esencia agoto lo bello de una mirada
que
más que perdida…pedía clemencia.
Un
miedo que exige como una insolencia…obediencia,
un
temblor que produce sensación pestilente,
un
olvido sediento de luz enquistado en la indecencia.
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