Júzguese usted
Juez que decides
quien vive, quien muere,
poderoso señor que
educas a tus semejantes
como un poseso
lunático y sin semblante,
mandas asesinar
convirtiendo en drama un fin,
juzgas una manzana,
un edén,
una serpiente sin
cascabel, una arca de Noé,
un psicótico Abraham,
una torre de babel,
entregas una quijada
a quien no te cae bien,
inventas la maldad
para vender tu estupidez,
implacable con los
que no entienden tu arrogante sed,
abrazas las guerras,
el dolor…
la muerte para
salvaguardar tu fe mientras tus nuevos
hijos de Caín o de
Abel matan gentes en nombre de un pueblo
que tu les distes,
llamado Israel.
Malditos benditos los
que rodean o abrazan la fe,
sufrirás, morirás,
esta es su voluntad,
pero aún hay aquí hijos de Caín,
y yo he elegido ser
lo que siempre sere.
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