SIN
RESPUESTA AL AMOR
Ni
la oscura nieve de primavera,
ni
el límpido silencio
que
decapita el torrente,
ni
el alarido grito que ofrece el oro,
ni
los petirrojos revoloteando a tu alrededor,
ni
la majestuosidad de la luna
cuando
mece al corazón,
ni
la gracia coronada por rojos labios al sol,
ni
las arrugas que genera el espejo
cuando
acecha la duda del miedo,
ni
las mariposas que van
desde
las tripas a la sin razón,
ni
el licor que acelera el deseo
cuando
urge un aliento a tragos,
ni
el gentil esmero rodeando tus dedos,
amor,
palabra descerebrada...
pócimas
y ungüentos para almas acompasadas.
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