Deliriums tremens
Perdónenme
por llegar tarde, vengo de tomar un trago,
sin
querer me agarré a este luctuoso destino
que
ensombrece el alma con una botella de vino,
el
brandy olvida la calma de un borracho dormido,
en
las sabanas sin seda, océanos de miedo sumergido,
entre
tinieblas...luchas de blancos e indios,
cada
rincón un refugio donde esconderse del sin sentido,
los
brazos sujetando los muros del olvido,
ese
horror de mirar al cielo con los ojos perdidos,
esos
gritos que claman que el mundo dejó de ser mio,
esa
camisa de fuerza que ahora vive conmigo,
un
hilo de aire me anuncia mi tiempo vivido,
después
el delirio proclama el fin del camino.
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