ESPERANZA
Estamos tan llenos de
esperanza
que todos morimos
rezando por ella,
es un éxtasis sin
medicar,
una droga sucia, otras
veces bella.
La ponemos a dormir
sin rechistar
queriendo conquistar
alguna estrella,
es un trauma que arde
en la cabeza,
un sucedáneo con sabor
a querella.
Esperanza, algo que
necesitamos robar,
de sabor dulce,
amargo, con olor a grosella,
que se paren las
protestas,
que ese sueño se vista
de doncella.
Vende a todos los
seres vivos
una fe con sonido a
onomatopeya,
regala miedos en el
campo de batalla,
una andanada de música
con olor a epopeya.
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