Hoy el tiempo se viste de negro
el telón se echa enlutando el duelo
gente llorando a lo grande por dinero,
una vieja alcuza se utiliza de florero.
En la sala humea un amargo café
todos suspiran por beber
toda esa gente que llora necesita un tentempié
de fondo suena una guitarra sin cuerdas y un dintel.
Todas esas damas que lloran
se irán al amanecer
en busca de volcar sus lagrimas
por otro suculento café
Nadie sabe nada de una de ellas,
que el vencido por la muerte
fue el amante secreto
de una de las que lloraba con pena.
Al fondo del cementerio entre cruces olvidadas
hay una talla sin nombre y sin bandera,
solo una alcuza con flores de primavera
y lagrimas de una amante plañidera.