A ti, que presumes de libertad,
tu que propones al mundo vestirlo de paz,
que pretendes agasajar a los dueños del mal,
que vendes humo en tu eterna navidad.
Tu mayor enemigo es tu escasa voluntad,
alardeas de ser mas radiante que el sol
y yo mientras fumando espero
a que recuerdes que yo nunca te podre olvidar.
Dejaste frente a mi tu sombra de maldad,
partiste para ningún lugar, para no volver,
tratando de subirte a tu barquito de papel
donde pides a gritos naufragar.
No me importa lo que opine la gente
solo deseo hundirme para vivir,
nunca fuiste mía ni lo serás jamás
olvidare que estas en mi presente.
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