La tristeza es brutal antes del amanacer,
no hay estrellas, nada en medio de la espesa nevada...
pero otra parte tal vez ello tenga sentido,
nos conduce el latigo del castigo
a través de una salvaje despoblación.
¿ a donde vamos, adonde, adonde?
nadie lo sabia, pero era evidente
que nos habían preparado un lugar en un lugar perdido.
Alrededor se extendia el desierto polar,
sin construcciones sin olor a gente.
Tened en cuenta que soy un viejo mendigo,
soy tan insignificante como las anchoas, y
en Colima encontraré mi propio destino.
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