Leedme despacio, con la prisa que genera el silencio de la duda. Leedme sin tapujos, sin inquietud, con desparpajo, y si llega el caso, con el cariño que produce la amistad a cada paso.
sábado, 2 de febrero de 2013
Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires.
Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores; la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan.
La historia pàrece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.
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