Efímera verdad
Extinguido,
el cuerpo se hace ceniza,
nuestro
nombre caerá en el olvido,
el
espíritu se disipará en el aire,
quedará
de él un recuerdo desvalido.
Nadie
tendrá memoria de su obra,
aunque
le bañen de oro la mortaja,
le
cubran la losa de guirnaldas
y
su epitafio brille como alhajas.
Porque
es destino del hombre
agarrarse
fuerte a su suerte,
y
nacer es el primer paso del
camino
sin retorno hacia la muerte.
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