DIOSES Y HOMBRES
Si se
desvanece el mundo
los
dioses se alejaran de nosotros,
todos,
menos los desmemoriados.
Los
que contemplan al hombre sin volver la cabeza
tienen
la potestad de destruirnos
o se
esfuman si les pedimos demasiado.
Si se
llena de lepra al ser humano
y de
cáncer las ciudades...
su
olimpo no se vera dañado.
Mientras
ellos caminan sobre las aguas
nosotros
nadamos en el fango
o
vivimos el día a día desorientados.
Lo
mejor es que emigren las divinidades,
que
surquen cielos o naden en las profundidades
y que
nos dejen con nuestros despojos inacabados.
Silenciosos,
remotos, carentes de alma,
peregrinos
que arrebatan corazones,
seres
etéreos, proscritos que nos tienen hechizados.
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