INDECENTE LEVEDAD
Gasto el tiempo
cuando yazco dormido,
protegiendo mi ira
para no estallar mi disciplina
ante el sublime
holocausto que germina,
la codicia de elementos que me dejan dolorido.
Insoportable levedad
que agoniza mi latido
ante esta inminente y
desfasada ruina
nacida de selenitas
manchados de cocaína
en despachos de ébano
carcomido.
De entre las
multitudes saldrá el fin de la usura
limpiando de
guijarros putrefactos la arena fina
y arrancando la
indecencia de la espesura.
Esta consciente
pereza que hay detrás de la cortina
apabullando cual
leviatán en la espesa negrura
tiene los días
contados por su incompetente rutina.
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