SER LEIDO
Escribo
para la almohada de la luna,
para
asemejarme a la poesía,
para
moldear mi alma a la vida.
Escribo
a los que no aprietan,
a
los que no hacen daño,
a
los enamorados de la fantasía.
Escribo
a la ausencia de rutina,
a
la magia de los sueños,
a
los labios poseídos de alegría.
Escribo
a la hermosura y sus caricias,
a
los pozos del deseo,
a
los corazones sazonados de amor.
Escribo
a los ojos humedecidos de rocío,
al
que trasmite esperanza,
a
las brisas repletas de armonía.
Escribo
a los besos, a las poses delicadas,
al
que nos arrebata los miedos,
al
reposo del guerrero.
Escribo
al ruiseñor y sus melodías,
a
los jadeos con olor a jazmín,
a
los espejos ausentes de heridas.
Escribo
a los amantes y su sesión continua,
a
la luz que nos inunda,
a
los que pasan por el ruido de puntillas.
Escribo
a los versos torcidos,
a
los humillados y perseguidos,
a
la aventura de ser leido.
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