TU
CORAZÓN Y EL MIO
Nada de suspiros, mujer,
ni
de cansancios con brindis,
esta
soledad con olor a naftalina
no
me hace mas honesto.
Sin
ironía, sin miradas vacías,
sin
tiempo para ti ni para mi,
esta
inocencia murió gritando
y
el amor decapitado en un cesto.
Se
deterioró algo tan valioso
que
al silencio le pusimos precio
a
la esperanza, corona de espinas,
a
la razón, todo el mal que hay en esto.
Nuestro
ideal se incrustó en el espejo
donde
admirábamos nuestro Edén,
donde
guardábamos tantos y tantos besos
y
ahora solo queda el reflejo descompuesto.
Se
escabulleron juntos tu corazón y el mio,
desmoronada
la torre de la vida...
solo
nos queda las exequias de la magia,
un
final con sabor insípido y funesto.
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