NO
TRATO DE ESCAPAR
No
hay tiempo para el desconsuelo,
mi
corazón, luchador perenne,
extenuado,
hostil, cautivo, indemne
ante
el sufrimiento que genera el recelo.
¿Qué
sábanas ocultan a la luna su desvelo
cuando
las palabras derraman sangre
y
el trueno es demasiado grande
como
para remontar el vuelo?
Ahora
levanto o inclino la cabeza
no
sé si para el adiós o el beso
no
sé si para la alegría o la tristeza.
Quizás
un día llegue el regreso
y
ensimismado de nuevo recaiga en tu belleza,
pero
lo cierto es que no quiero salir ileso.
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