miércoles, 2 de agosto de 2017

LA RISA, EL OLVIDO
Apenas queda nada de este amor, cuerdo,
aquel castillo que construimos en los Alpes
tan solo era uno hecho con naipes
que el viento lo volteó en este desacuerdo.

Vivía junto al resplandor de un sol enamorado
donde los dioses envidiaban al amor
y la pasión era un hermoso color
al amparo de un corazón engañado.

Se nos perdió la voz, el sonido, el ruido,
todo el encanto, lo que fuimos, la risa,
hasta nuestro sabor, nuestro olor, el olvido...

El rumor del agua se acalló tan deprisa
que hasta el ruiseñor abandonó su nido
dejando los sueños sin apenas una pequeña brisa.

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