PILAR VEGA
"No cariño, tú no eres español. Ser español no es llevar la bandera, ni
gritar como un berraco frases de odio que espero que no sientas. Tampoco
lo es ponerse una pulserita en la muñeca, ni cantar el cara al sol. El
concepto de ser español es algo totalmente distinto, o al menos lo
debería ser, porque a estas alturas de la historia yo ya no sé qué
decirte.
Como española que soy, te voy a contar lo que para mí es ser español:
Ser español es arder cuando arde Doñana o temblar cuando tembló Lorca;
es sentarte a escuchar historias de meigas en Galicia y llegar a
creértelas; es ir a Valencia y no sentir rabia por leer un cartel en
valenciano, sino que te agrade poder llegar a entenderlo y es presumir
de que las Canarias nada tienen que envidiarle al Caribe.
Sentirse
español es sufrir por no haber podido vivir la movida madrileña,
enamorarte del mar al oír Mediterráneo de Serrat, es pedirle borracha a
tu amiga catalana que te enseñe a bailar sardanas, querer ir a Albacete
para comprobar si su feria es mejor que la de Málaga y sorprenderte al
ver lo bonita que es Ceuta.
Para mí ser español es presumir de que
en Andalucía tenemos playa, nieve y desierto; sentir casi mérito mío que
un alicantino esté tan cerca de un Nobel, pedirle a un asturiano que me
enseñe a escanciar la sidra y morirme de amor viendo las playas del
País Vasco en Juego de Tronos.
También es española la cervecita de
las 13.00, el orujo gallego, la siesta, el calimotxo, la paella, la
tarta de Santiago, las croquetas de tu abuela y la tortilla de patatas.
Lo son las ganas de mostrarle lo mejor de tu ciudad al que viene de
fuera y que tú le preguntes por la suya; es hacerte amiga de un vasco y
pedirle que te enseñe los números en euskera, por si pronto vuelves a
por 2 ó 3 pintxos; es enorgullecerte de ser el país ejemplo a nivel
mundial en trasplantes, de formar parte de la tierra de las mil culturas
y de ser los del buen humor.
No hay nada más español que se te
pongan los vellos de punta con una saeta o con una copla bien cantá,
atardecer en las playas de Cádiz, descubrir casi sin querer calas
paradisiacas en Mallorca, hacer el camino de Santiago en septiembre
maldiciendo el frío o que Salamanca y Segovia te enseñen que no hay que
ser grande para ser preciosa.
Así que, acho, picha, miarma, perla,
tronco, tete, mi niño... eso es ser español, lo otro es política. Pero
si de política quieres impregnar este concepto, también te vuelvo a
decir que te equivocas: porque ser español no es desear que le partan la
cara a nadie, es sufrir la situación de paro de tu vecino o el
desahucio que has visto en la tele; ser español no es oprimir el SÍ o el
NO de toda una comunidad autónoma, es indignarte cuando nos llaman
gilipollas con cada nuevo caso de corrupción; ser un buen español es
querer que en tu país no haya pobreza, ni incultura, ni enfermos
atendidos en pasillos del hospital y, joder, querer quedarte aquí para
trabajar y aportar todo lo que, durante tanto tiempo, precisamente aquí
has aprendido.
Eso es ser español, o al menos, eso espero."
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