Me estoy ya resignando a dar el muerto entero,
la lluvia horada en mi, me envuelve la neblina,
el cuerpo, pan mojado, se ha vuelto luz mezquina,
tumbada soledad de viejo prisionero.
Esta distancia me somete como cuervo mensajero,
me apabulla el "elejirme" como rosas con espinas,
me intimida tu paseo entre aguas cristalinas,
porque temo a los peones que sostienen mi tablero.
"No puedes darme nada..." solo tu amor espero,
no temblaras por los miedos, ni ahorcaré tu rutina,
solo le pido a tu mente una sonrisa de arena fina,
y a tu corazón que ruga fuerte ante este descabalgado aguacero.
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