Vaya por delante
mi respeto hacia los caídos en conflictos armados y por actos de terrorismo, así
como mi pesar por todas esas familias que han sufrido el dolor por la falta de
un ser querido.
Dicho esto:
¿Cómo se puede
poner precio al dolor sentido por una familiar? ¿Y como ese precio puede ser
tan dispar dependiendo de si el fallecido trabajaba en algún cuerpo de
seguridad del estado o subido a un andamio? ¿Es más leve el dolor en este
último caso? ¿Merece una compensación más pequeña?
Comento todo
esto por la situación tan grave en la que los parados de 55 años tendrán
verdaderos problemas para poder vivir mientras otros desafortunados tienen
pensiones vitalicias de “caídos profesionales“ destacados en algun rincón del
mundo, sé lo duras que resultan mis palabras pero no me queda otra que elevar
mi mas enérgica protesta ante tan injusta y grave situación.
Si la situación
que vivimos es dura y los recortes han de ser necesarios…lo justo es que todos,
absolutamente todos sean revisados y en su justa medida sean recortados.
No es justo que
el familiar de un caído en un conflicto armado siendo profesional, teniendo dicho
familiar 30 años y plenas facultades para trabajar, le quede una pensión de
2000 euros de por vida, y otros después de 40 años trabajando no sepan que les
deparará el futuro.
Arregle
esto, señora Bánez.
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