miércoles, 20 de marzo de 2013



Vaya por delante mi respeto hacia los caídos en conflictos armados y por actos de terrorismo, así como mi pesar por todas esas familias que han sufrido el dolor por la falta de un ser querido.
Dicho esto:
¿Cómo se puede poner precio al dolor sentido por una familiar? ¿Y como ese precio puede ser tan dispar dependiendo de si el fallecido trabajaba en algún cuerpo de seguridad del estado o subido a un andamio? ¿Es más leve el dolor en este último caso? ¿Merece una compensación más pequeña?
Comento todo esto por la situación tan grave en la que los parados de 55 años tendrán verdaderos problemas para poder vivir mientras otros desafortunados tienen pensiones vitalicias de “caídos profesionales“ destacados en algun rincón del mundo, sé lo duras que resultan mis palabras pero no me queda otra que elevar mi mas enérgica protesta ante tan injusta y grave situación.
Si la situación que vivimos es dura y los recortes han de ser necesarios…lo justo es que todos, absolutamente todos sean revisados y en su justa medida sean recortados.
No es justo que el familiar de un caído en un conflicto armado siendo profesional, teniendo dicho familiar 30 años y plenas facultades para trabajar, le quede una pensión de 2000 euros de por vida, y otros después de 40 años trabajando no sepan que les deparará el futuro.
Arregle esto, señora Bánez.

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