De almas y desesperos
Ahora me pregunto si
acaso es el dinero
la fuente que creíste
que jamás termina
lo que de ti ha hecho
un alma tan mezquina
haciéndome a mi pobre
hasta el desespero.
Sin alma a ser
posible, que es lo perecedero,
el alma es solo
hierba, granos de arena fina,
lo que no se recuerda
es lo que se termina,
las lágrimas están perdidas
dentro de un aguacero.
Lo que dura es el
cuerpo, la piel intrascendente…
el alma es tu cadáver,
un muerto sin herencia
metido en una caja
bajo mármol ardiente.
La lapida de carne
señala la presencia
del alma sepultada en
olvido inclemente,
tu corazón es tu
memoria, tu forma de insistencia.
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