Atormentado guerrero
Al fin estalla el
gesto, radical secuencia que domina
el malestar indomable
del apasionado guerrero,
convirtiéndose en un
gigantesco grito lastimero
por ese amor que le
envuelve en la neblina.
Atrás quedo su
heroica lucha que encharcaba su rutina,
dejando tras de sí un
hedor rojo haciendo interminable el reguero
como un corazón que más
que impuro, anunciaba el pudridero
de un vasto caminar destrozando
cada parpado…cada retina.
Vencido, resignado,
suplica una injusta clemencia,
suplica un torbellino
de amor cuando él repartía indiferente
odios eternos en un
largo caminar de indecencia.
Ruega que se apiaden
de su extenso tentáculo, de su esencia,
suplica el amor como
parte de un pago por su legado, por su alma hiriente,
ahora yace en lodos miserables,
en posición supina por su inconsciencia.
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