martes, 11 de diciembre de 2012

La enfermedad del olvido

El alzhéimer es una enfermedad que se caracteriza por la decadencia de la memoria, el olvido y el deterioro físico que lleva irremediablemente a la muerte.
Algo parecido le ocurre a la memoria histórica de este país, sobre todo a la contemporánea, a la reciente, a la que en vida tratan de anularla, de que no se sepa nada, de que se oculte una realidad haciendo desaparecer tapias con olor a muerte donde el color del ladrillo no se sabe muy bien si era rojo por culpa de su elaboración o por la sangre derramada por gente que se oponía a sufrir el yugo de una dictadura.
Pero lo doloroso, lo terrible de la memoria histórica es la arbitrariedad con que se manifiestan los que han heredado la manipulación como forma de ocultismo, haciendo válidos a unos y apestados a otros.
Carreteras que ocultan las cunetas, esclavos que levantan monumentos en Cuelga muros, presos que se arrojan por las ventanas al grito de que la libertad no es solo una palabra, donde los “bendecidos” de este país te golpean con saña.
Que situación tan descompensada, los símbolos del franquismo campan a sus anchas, mientras los sometidos desaparecen a golpes de guadaña.

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