Suspiros
que avanzan esquivando las espinas
de
rosas exuberantes que trepan por el lindero
que
asciende suavemente por la falda de la colina
hasta
el mismísimo centro de la mente.
Suspiros
nacidos en las entrañas de un corazón sin esquinas,
de
vientos amables que recorren el sendero
que
alimentan con su brisa la pasión que empecina
hasta
la razón mas mezquina e insolente.
Suspiros
venidos de sentimientos sin inquinas,
de
un profundo amor dulce e imperecedero
que
somete a la frialdad sacándola de la rutina
hasta
convertirla en fuego abrasador omnipresente.
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