Aplausos en rebajas
Ayer el señor presidente pasó de debatir nada,
estaba muy ocupado para esa nimiedad de los recortes,
se quedó vigilando las vallas del teatro de las Cortes
por si algún votante suyo se saltaba la empalizada.
Entró en el hemiciclo cuando la votación estaba medio acabada,
no fuera a ser que alguno de sus lacayos cambiara de opinión,
dejándole el culo al aire ante la inminente intervención
del fondo y de la Merkel, a la que tiene bien trabajada.
Esta vez no hubo aplausos ni insultos de ninguna diputada,
esta vez se trataba de vender el país a precio de saldo
en algún mercadillo de Berlín como si fuera un fardo,
había que portarse, sin palmadas, de manera recatada.
Igual es que se ha dado cuenta esta chusma descocada,
que a parte de sus votantes los van a mandar al paro,
que el pueblo ante esta guisa luchara con fuerza y descaro,
que esta España es nuestra y no de vuestra camada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario