SEGÚN EL GENESIS
Dos ríos separaron el bosque de la ilusión, en realidad brutal, que mas tarde convertiría a la humanidad en odio profundo, en constante refriega, en sufrimiento, sin culpables, por la fe imaginaria de unas feroces alimañas para el provecho de unos cuantos. Se desconoce si los muros eran muy altos, pero el paraíso terrenal tenía las miras muy bajas, y el hombre evolucionó a la altura de las serpientes con lengua de doble filo. Después todos a la calle…creador de engendros de barro, de envidias y traiciones, de incestos con sordina, de asesinos con quijadas carentes del más elemental de los estilos.
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