Contigo mano a mano y no retiro la postura, Señor,
jugamos fuerte, Señor, empeñada partida
en que la muerte será baza final,
apuesto, miro tus cartas y me ganas siempre.
Tiro las mías, das de nuevo, quiero hacerte trampas,
y no es posible, clara suerte tienes,
contrario que tanto admiro.
Pierdo mucho, Señor, y apenas queda tiempo para el desquite,
haz que pueda igualar todavía,
si mi parte no basta ya por pobre y mal jugada,
si de tanto caudal ya no queda nada...
ámame más, Señor, para ganarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario