EL OCASO DE LA PRIMAVERA

Renacer tanto para una sola vida,

engalanar los ojos para tapar la mentira,

ocultar la sonrisa en un valle adormecido,

ocultar las horas en colores magenta,

recoger besos entre sueños y hosannas,

abrir los brazos para estrujar el mar...

se ha rasgado el amor por arrogante

mientras el dulce fruto se marchita,

corazones anegados de ayer,

ahora el amor queda mordido

en la boca del deseo acurrucando al miedo,

se que con nuestro caminar hicimos camino

y que ahora solo somos, recuerdo.

Quiero contarte niña
como cambia el sentido
de las cosas.
Es como una puerta
ancha o estrecha

según tu forma de ser.
El pájaro de alas blancas
vuela alto a tu nivel.
Quiero contarte niña
todo, como lo vi ayer:
Fue como un sueño bello
profundo y nuestro
todo se alborotaba
con la alegría de ser
no puedo más
quiero contarte niña
todo como lo vi ayer.

                                                                                       
                                                                                                  TRIANA        

AMOR INFINITO

Este amor arrogante, sin miedo,

fruto confitado con esencia de dulzura,

sugestiva pasión de fuego

balanceándose entre juncos la hermosura.

Hoy es todo una sonrisa brillante,

un amanecer carente de espesura,

un valle donde no termina la esperanza

y los vientos nos tratan con mesura.

Amor infinito, como el agua que navega

viviendo con lujuria cada soplo de aventura,

consumado presagio de un alma que no se rinde,

como ese ave fénix y su ciega locura.

Esa brisa que nos rodea en su paseo,

ese deseo, ese elixir que todo lo cura,

esa armonía de carnosos labios

que al rozarlos ensalzan la ternura.

LA PRIMAVERA DE PARÍS

Sed realistas, pedid lo imposible.

Ahora la pereza es un crimen.

Si, pero al mismo tiempo es un derecho.

No rechazamos la posesión de la inteligencia,

sólo su uso.

Soy marxista tendencía Groucho.

No me libereis! yo me encargo.

RUGIDOS DE LOBOS

Nada cambia, todo continúa

como una incesante lucha,

apenas sin gloria,

olvidando la agonía.

Estos rebosantes balbuceos

suenan como una eterna letanía,

monótonos, casi impíos

se retan nuestros cuerpos apenas sin vida.

Todo continúa, quebranto ocioso,

oro, plata, rojo, es el alma de la luna

y las nuestras desnudando el día a día

entre meandros de una mala escultura.

Nada cambia, todo huele a rutina,

el amor ya no sabe de caricias y

nuestros besos solo son billetes de ida,

nuestra canción dormita en un callejón sin salida.