DE REGRESO

Dame lo que tu quieras

que a mi me sirve todo de ti,

dame lo que prefieras ,

incluso ese corazón que yo herí.

Sanaré tu almohada indiferente,

iluminaré cada tarde decapitada,

mojaré las palabras ardientes,

abriré cada ventana cerrada.

Déjame florecer el jardín ,

haré una eterna primavera,

entre jazmines yo seré tu comodín,

anhelo estar junto a tu vera.

QUEBRANTO

He dormido mal, como cada noche,

quizá por que te recuerdo tanto

que las lagrimas son un puro reproche

por no reparar tanto quebranto.

Una voz rota, un sonido sin canto,

una melodía con sabor a drama,

tiempo oscuro entre la risa y el llanto,

memoria amarga con un gesto que brama.

Nadie puede elegir el destino;

cuando mas necesito su llegada

mas confundido se siente mi sino.

Este sueño no alegra la mirada

ni esta pasión agranda el camino

para hacerla sentir, enamorada.

GRACIAS...

A los que duermen a pierna suelta,

al que sesea en el renglón de la vida,
al insensato de ida y vuelta,
 al que despierta a la esperanza perdida.

Al que asalta y desmorona rutinas,

a la rebelión de los claveles,

al que no se oculta tras las esquinas,

a esos corazones limpios y fieles.

A la paz que buscamos a diario,

a los que levantan pasiones,

a los que han decidido salir del armario,

a los que susurran entre algodones.

Al incapaz de hacer daño,

a ese mundo que no oprime,

a los héroes de antaño,

a la luz que a diario nos redime.

GRACIAS...

Al que escampa mareas,

a las simientes del gozo,

a las armonías etéreas,

al amor repleto de alborozo.

A la libertad,

al derecho a una vida mejor,

al ser honesto, a la lealtad,

a los que toman la vida con dulzor.

A la mirada que nunca muere,

a los deseos que no perecen,

al que no destruye lo que quiere,

a los que susurran sueños y los mecen.

Al que lucha contra el hambre,

al que pide justicia a las naciones,

a los que sanean la incertidumbre,

al que ventila miedos y los llena de emociones.

Si soy todo de ti, porqué me alejas?

si me pariste madre, porqué airada

me niegas el fulgor de tu mirada y

entre escombros de luz solo me dejas?

¿Quién puso en nuestro amor furias y rejas?

quien sembró de cuchillos mi pisada y

te colgó de un alba ensangrentada en

que amenazadora te reflejas?

Malmaridada madre que me diste

un padre de cólera y viento,

brotado como un toro de la nada.

No fue entrega la tuya,

 te rendiste con tristeza y con sangre y

tu tormento duele como una antigua cuchillada.

Extinguido, el cuerpo se hace ceniza,

nuestro nombre caerá en el olvido,

el espíritu se disipará en el aire,

quedará de él un recuerdo desvalido.

Nadie tendrá memoria de su obra,

aunque le bañen de oro la mortaja,

le cubran la losa de guirnaldas

y su epitafio brille como alhajas.

Porque es destino del hombre

agarrarse fuerte a su suerte,

y nacer es el primer paso del

camino sin retorno hacia la muerte.

SEGUIR LA DIRECCIÓN

Pero amaneció el día

sin que nada cambiara de color,

durmió la noche con el alma oscurecida

y los sueños repletos de dolor.

Miro hacia atrás

y veo las flores ausentes,

sin rostro, tenues, pálidas,

marchitas e intrascendentes.

Hasta la aurora dejó de ser fiel,

abrió los brazos a las puertas del cielo,

dejando la boca un regusto a hiel,

una pesadumbre boqueando por el suelo.

Me quemo al clarear la vida,

maldita pesadilla envuelta en frio,

el techo de la noche me dejó aturdida,

necesito dormir sin este escalofrío.

ESCLAVO O DUEÑO

Besar tus ojos lentamente,

acariciar los labios con la comisura del viento,

rozar cada burbuja de tu aliento,

adorar esa vida de adolescente.

Escoltar tu sedoso caminar,

vigilar lo que queda del sueño,

ser tu esclavo o tu dueño,

tus mejillas, tus besos o tu forma de amar.

De esa vida ausente, a tu vida,

de este pecho latente, a tu pecho,

de tu mirada atrayente, a mi lecho,

del espejo oscuro a una eterna bienvenida.

Amor sublime, sin fisuras ni pétalos de cera,

sin recuerdos en lata ni estrafalarios,

sin ventanas cerradas ni negros sudarios,

amor perpetuo a tu vera.

ALGO EN MI SE TORCIÓ

Hice el camino entre el suelo y el cielo

con la sonrisa que deja un dulce sueño

con esa melodía que te hace todo pequeño

oteando la bandada que alza su vuelo.

Como un extraño caminando me vi

entre surcos expresivos y sedientos

regalando deseos y sentimientos

buscando las pisadas donde te perdí.

Si alguno de vosotros encuentra la senda,

que sujete a lo que mas he querido,

decidle que nunca di este amor por perdido,

que tiene mi corazón en prenda.

Si alguno halla su huella, su sombra,

contarla que nunca fui su enemigo

que un renglón de mi vida se torció conmigo

que seguiré su rastro junto al lado de la alondra.

Vuelve a mi, vuelve aunque sea tarde

que aun parpadea este Otoño desbocado,

que encontrarás en mi un ser remozado,

que ya no veras en mi nada que me acobarde.

LA RISA, EL OLVIDO

Apenas queda nada de este amor, cuerdo,

aquel castillo que construimos en los Alpes

tan solo era uno hecho con naipes

que el viento lo volteó en este desacuerdo.

Vivía junto al resplandor de un sol enamorado

donde los dioses envidiaban al amor

y la pasión era un hermoso color

al amparo de un corazón engañado.

Se nos perdió la voz, el sonido, el ruido,

todo el encanto, lo que fuimos, la risa,

hasta nuestro sabor, nuestro olor, el olvido...

El rumor del agua se acalló tan deprisa

que hasta el ruiseñor abandonó su nido

dejando los sueños sin apenas una pequeña brisa.