lunes, 19 de noviembre de 2012

 Ni me gana ni me pierde,escribo siempre una luz aunque salga roja o verde.


Solo quien se entrega recibe,
huele, quien renuncia al olfato,
un olor prodigioso,
¡vive misterioso su desencanto!
y así de pronto,
asciende ya de las rosas de primavera,
fragancía de lo que será,
en la cima de lo que será, 
y si, alma, desde ese momento,
puede en la variedad del mundo,
escuchar la canción del viento
y comtemplar la mar profunda.

                        

                        

No hay comentarios:

Publicar un comentario