miércoles, 14 de mayo de 2014



El final de la crisis
Si solo fuera helada esta crisis indolente
con un abrigo de esperanza taparía su incompetencia,
implacable y sediento este letargo repelente,
este canto al sol frustrado que invento la indecencia.

Su ofensa se contagia cuando la burla mira de frente,
el epitafio que luce en mi lapida reza hambre y guerra,
los huesos que esconde el ataúd, raídos por la gente,
solo me oculta de esta innoble vida, un montón de tierra.

Que corran vientos con sonidos estridentes,
trompetas enquistadas de apocalipsis con final iluminado,
humanos vagando por culpa de políticos indecentes,
seres perdidos buscando el motivo por lo que son desahuciados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario