domingo, 18 de septiembre de 2016

Atrás quedaron reconquistas, inquisiciones, pestes (algunas de ellas negras, otras de color verde), oligarquías y caciquismo, monarquías totalitarias, autarquías franquistas, pepes botella, reyezuelos de crianza, sociatas y comunistas, anarquistas de poco pelo, latifundistas con criados, falangistas de Calvo Sotelo, dictaduras de un solo huevo y una iglesia embajadora del recelo, temerosa de los pobres porque no la aportaban dinero.
Ahora la cosa cambia, tenemos una democracia a confesional y laica, llena de oportunidades e igualdad para todos, gobiernos gestados por el pueblo, elecciones transparentes como el bolsillo de un obrero. Todo eso aporta mangantes de altos vuelos, sopla gaitas chusqueros, princesas del pueblo, políticos constructores de aeropuertos, colegas con acceso al parlamento, manifestaciones por falta de dinero, paraísos fiscales para los nuevos bandoleros, gentes que cobran mil sueldos, periodistas con sabor a rellenos. Pero es la libertad que genera el estado de bienestar, del bienestar para gentes de altos vuelos y como no podía ser de otra manera, para el clero, que para el pueblo les dejan las sobras y un paro eterno con olor a estercolero.


VIEJO ROCKERO

Todavía sostengo la piel de guerrero
cuándo estos mindundis amenazan ruina,
porque este viejo rockero sufre de inquina
ante tanto politicastro con mente de acero.

Atrás queda el recuerdo y el fin de la ideología,
solo impera el dinero que somete cuál morfina
ese néctar que al cerebro alimenta y domina,
convirtiendo las ideas en nada con sabor a orgia.

Años vividos ante el umbral de la disidencia,
reniegan con fuerza de este olor repelente
exigiendo a estos parias con corbata, conciencia.

Y a los nacidos en la elegancia de baja cuna,
sofrito de intelecto con aromas de decencia
o se escondan en la cara oculta de la luna.

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