LA PARTIDA

Esta vida de un continuo desaparecer,

esclavo de una magia mal iluminada,

cantos de sirena en una mar calmada

y en la fatalidad de tu día a día, perder.

El merito de tu valor fue tu resignación,

vagabas con tus amigos tan tranquilo

mientras en casa todos con el corazón en vilo

ante la ausencia de tu liberación.

Cuando aquellos amigos rondaban tu balcón

perdías tu sonrisa y las maneras,

crecían las urgencias y los billetes de la cartera,

todo era festivo en tu candidez y consideración. 

Como podías ganar vida en aquel ambiente

si tu sonrisa delataban tus soplidos, 

si tus labios silbaban como aburridos 

imposible engañar al mundo con tu cara de buena gente.