lunes, 21 de noviembre de 2022

LA CIUDAD DEL ADIOS



Pinto mi vida entre purpura y rojo,
giro la cabeza sin ayuda de nadie,
pago mis propias deudas, las de sudor, las de despojos,
 las de amoríos y como no,
las del corazón aunque sea a trozos.
 A veces este mundo solitario
suena como una canción triste,
lo difícil es pedir calma a este hastío
sin comprometer los colores que me dan suerte,
maldita pequeña fase la que sufro a diario.
Esta brújula no ayuda, solo ilumina el norte,
me cuentan los vientos del sur
que nunca estaré solo, que la vida son altos y bajos,
olvidare mi sino si cierro los ojos
y los baches del camino me dejen apenas sin porte.
Miro los maniquís, me asusta verlos de noche,
el repicar de las campanas de esa pequeña iglesia,
solo si vienes a recogerme se iluminara el amor,
no puedo impedir que estas calles me depriman,
suspiro por dejar atrás esta ciudad del adiós.





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