jueves, 3 de enero de 2013



DESTINO TRAICIONERO

“Yo bebo para olvidar…para olvidar el dinero que le debo al camarero”, el otro día entro en un bar y le pido al barman un vaso de vino y va el tío y pone una copita como un dedal de pequeño, y le pregunto que cuanto tiempo tiene, y me dice que 12 años, pues para ser tan mayorcito que poquito ha crecido…bah, y es que por donde vaya me pasa lo mismo, yo trabajo en una frutería, “el hijo es un niño pera, el abuelo esta echo una pasa y la madre esta aplatanada y se arrean entre ellos una ensalada de palos…bueno el otro día me echaron a la calle…total porque cogí una castaña, desgraciaos, desgraciaos, que no tenéis ojos, tenéis ojos de ciruela, el torrao de calabaza y los pelos de escarola, además no es para enfadarse les dije triste y contrito, creen que es algún delito que un hombre llegue a embriagarse?.
Creen que yo no me agacho las orejas de amargura cuando alguna criatura empieza a decir “borracho”, que mal me suena, no lloro porque soy macho, ni la fe ni el destino traicionero que me robo en cuatro días mi hogar pobre y obrero, Esperanza se llamaba, era hermosa era mi hija, ya se fue niña querida, si la perdí en una hora, la recordare toda una vida, locura tengo en la mente, locura en el corazón que va a ser mi perdición este recuerdo latente, porque no soy un demente para vivir encerrao, soy un pobre desgraciao al que señala la gente, dejarme vivir mi vida con este rayo de sol con que me alumbra el alcohol que cicatriza mi herida… señores, soy un borracho, voy a la taberna.

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