jueves, 25 de agosto de 2016

A DONDE VAN LOS SUEÑOS

A estos inicios de septiembre
dedico mis caricias más preciadas,
a estas angostas y rudas tierras
que no dejan ocultar mis pisadas,
a este pecho marchito donde dejó
de latir ese corazón de madrugada,
a esos labios que no sabían callar,
que gritaban a esas almas enamoradas,
a esa danza que muerde el aliento
mientras se ocultan las animas apagadas,
a esa dorada tristeza que reluce
descalza tras una noche apresurada,
a esos rasgos que flirtean con el llanto
cuando recorres las alcobas rasgadas,
a esa pasión perpetua que aún naciendo
el día te dice: Canta mi balada.

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